Expresiones de Amor por Kṛṣṇa
Existen ciertos síntomas corporales que expresan un amor extático abrumador (vyabhicāri-bhāva). Dichos síntomas son treinta y tres en total, y se enumeran a continuación: decepción, lamentación, humildad, culpabilidad, fatiga, embriaguez, orgullo, duda, aprensión, emoción intensa, locura, olvido, enfermedad, confusión, muerte, pereza, inercia, vergüenza, encubrimiento, recuerdo, argumentación, ansiedad, cavilación, firmeza, felicidad, anhelo, violencia, arrogancia, envidia, desvergüenza, mareo, somnolencia y atención.
Decepción
Cuando uno se ve forzado a actuar de una forma prohibida, o a dejar de actuar de una forma correcta, uno se arrepiente y cree haber sido deshonrado. En ese momento existe un sentimiento de decepción. En medio de esa clase de decepción, uno se llena de ansiedad, derrama lágrimas, cambia de color, se siente humilde y respira con dificultad.
Cuando Kṛṣṇa, al castigar a la serpiente Kāliya, pareció haberse ahogado en las aguas venenosas del Yamunā, Nanda Mahārāja se dirigió a Yaśodā-devī con las siguientes palabras:
«¡Mi querida esposa, Kṛṣṇa se ha sumergido en las profundidades del agua, por lo cual ya no hay ninguna necesidad de mantener nuestros cuerpos, que están tan llenos de actividades pecaminosas¡ ¡Entremos también en las aguas venenosas del Yamunā, y compensemos las actividades pecaminosas de nuestras vidas!».
Ese es un caso de una gran conmoción, en el que el devoto se siente muy decepcionado.
Cuando Kṛṣṇa se fue de Vṛndāvana, Subala, Su amigo íntimo, decidió irse también. Mientras Subala se iba, se puso a pensar que sin Kṛṣṇa ya no se encontraría ningún placer en Vṛndāvana. A este respecto se hace la analogía de que así como las abejas se alejan de una flor que no tiene miel, Subala se fue de Vṛndāvana cuando se dio cuenta de que ahí ya no había ningún placer trascendental que saborear.
En El Dāna-keli-kaumudī, Śrīmatī Rādhārāṇī se dirige a una de Sus amigas de la siguiente manera:
«Mi querida amiga, si no puedo oír hablar de las gloriosas actividades de Kṛṣṇa, es mejor para mí quedarme sorda. Y como ahora no puedo verlo, sería bueno para mí ser una mujer ciega».
Ése es otro caso de decepción provocada por la separación de Kṛṣṇa.
En El Harī-vaṁśa, hay una declaración en la cual Satyabhāmā, una de las reinas que tuvo Kṛṣṇa en Dvārakā, le dice a su esposo:
«¡Mi querido Kṛṣṇa, como escuché a Nārada glorificar a Rukmiṇī ante Ti, comprendo que no hay necesidad de hablar nada acerca de Mí!».
Ése es un caso de decepción ocasionada por la envidia. Rukmiṇī y Satyabhāmā eran coesposas, y como Kṛṣṇa era esposo de ambas, naturalmente había cierta envidia femenina entre ellas. Así que, cuando Satyabhāmā oyó hablar de las glorias de Rukmiṇī, sintió envidia de ella y se decepcionó.
En el Décimo Canto, Capítulo Cincuenta y Uno, verso 47, de El Śrīmad-Bhāgavatam, hay la siguiente declaración:
«Mi querido Kṛṣṇa, no puedo decir que sean solamente otras personas las que están implicadas en la existencia material, porque también yo estoy muy enredado con el concepto corporal de la vida. Yo siempre estoy demasiado preocupado por mi familia, mi hogar, mi esposa, mis riquezas, mi tierra y mi reino. Y como esta atmósfera material me ha enloquecido tanto, ahora pienso que mi vida sencillamente se ha malogrado».
Estas palabras son un ejemplo de decepción ocasionada por la lamentación.
De acuerdo con Bharata Muni, esta decepción no es auspiciosa. Pero existen otros eruditos que han considerado que esa decepción tiene un carácter neutral y es un preservativo del amor extático.
Lamentación
Cuando uno no logra alcanzar la meta que desea en la vida, cuando uno no encuentra ninguna satisfacción en la ocupación que tiene, cuando uno se encuentra en condiciones adversas y cuando uno se siente culpable – en esos momentos se dice que uno se encuentra en estado de lamentación.
En esa condición de lamentación nos volvemos inquisitivos, pensativos, apesadumbrados y muy dados a llorar, y respiramos con dificultad. Además, el color del cuerpo de uno cambia y la boca se le seca.
Un anciano devoto de Kṛṣṇa se dirigió a Él con las siguientes palabras:
«Mi querido Kṛṣṇa, ¡oh, aniquilador del demonio Agha!, ahora tengo el cuerpo inválido debido a la vejez. Ya no puedo hablar con mucha fluidez, la voz se me quiebra, no tengo la mente fuerte, y con frecuencia me veo atacado por el olvido. Pero, mi querido Señor, Tú eres igual que la luz de la Luna, y mi único y verdadero pesar es que por no encontrar gusto en Tu agradable brillo, no progresé en el cultivo de conciencia de Kṛṣṇa».
Estas palabras son un ejemplo de lamentación por no haber podido alcanzar la meta deseada.
Un devoto dijo:
«Anoche estaba soñando que recogía varias flores del jardín, y pensaba hacer una guirnalda para ofrecerla a Kṛṣṇa. Pero soy tan desafortunado, que repentinamente mi sueño terminó y no pude alcanzar la meta que deseaba».
Esas palabras son un ejemplo de lamentación por no haber cumplido con los deberes.
Cuando Nanda Mahārāja vio que su hijo adoptivo Kṛṣṇa estaba en dificultades en la arena de sacrificios de Kaṁsa, dijo:
«Qué desafortunado soy que no dejé a mi hijo encerrado en una habitación. Por desgracia, lo traje a Mathurā, y ahora veo que este elefante gigante llamado Kuvalaya lo ha puesto en dificultades. Es como si la luna de Kṛṣṇa quedara eclipsada por la sombra de la Tierra».
Ése es un caso de lamentación debido a condiciones adversas.
En el Décimo Canto, Capítulo Catorce, verso 9, de El Śrīmad-Bhāgavatam, se encuentra el siguiente comentario de Brahmā:
«Mi querido Señor, ¡mira qué atrevimiento el mío¡ Tú eres lo ilimitado, la Personalidad de Dios original, la Superalma, y Tú gobiernas las energías ilusorias más perfectas que existen. Y, con todo, ¡fíjate en mi atrevimiento¡ Quise superarte con mi propio poder personal, y estaba muy engreído con este minúsculo poder mío. Así como una simple chispa de fuego no puede hacerle ningún daño al fuego, mi potencia desconcertante fue completamente incapaz de contrariar Tu poder ilusorio superior. Por lo tanto, me doy cuenta de que soy de lo más insignificante, y me considero una persona totalmente inútil».
Estas palabras de Brahmā son un ejemplo de lamentación causada por haber cometido una ofensa.
Humildad
Un sentimiento de debilidad ocasionado por alguna aflicción, temor u ofensa, se llama humildad. En ese estado de humildad, nos volvemos parlanchines, mezquinos, de mente sucia, muy ansiosos e inactivos.
En el Décimo Canto, Capítulo Cincuenta y Uno, verso 57, de El Śrīmad-Bhāgavatam, se encuentran las siguientes palabras del rey Mucukunda:
«Mi querido Señor, debido a mis malas acciones en el pasado, estoy permanentemente afligido. Siempre sufro por mis deseos, pero aun así los sentidos nunca se me satisfacen con los goces materiales. De una forma u otra, por Tu gracia, me encuentro ahora en una condición apacible, porque me he refugiado en Tus pies de loto, que siempre están libres de toda clase de lamentaciones, temor y muerte. ¡Oh, protector supremo!, ¡oh, alma suprema!, ¡oh, controlador supremo!,por favor dame Tu protección. Estoy muy desconcertado».
Estas palabras de Mucukunda son un ejemplo de humildad causada por un estado sumamente infeliz de la existencia material.
Cuando Uttarā fue atacada por el brahmāstra de Aśvatthāmā, tuvo miedo de perder a su hijo, Mahārāja Parīkṣit, que todavía estaba dentro de su vientre. Ella inmediatamente se entregó a Kṛṣṇa y le dijo:
«Mi querido Señor, ¡por favor salva a mi hijo¡ No me importa si el brahmāstra de Aśvatthāmā me tiene que matar a mí».
Ese es un caso de humildad ocasionada por el temor.
En el Décimo Canto, Capítulo Catorce, verso 10, de El Śrīmad-Bhāgavatm, el Señor Brahmā dice lo siguiente:
«¡Oh, infalible Señor!, yo nazco en el plano de la modalidad de la pasión, y, por lo tanto, he estado falsamente orgulloso de ser el creador de este mundo material. Mi orgullo falso era como una densa oscuridad, y en esa oscuridad me había llegado a quedar ciego. En medio de mi ceguera, me consideraba un competidor Tuyo, la Suprema Personalidad de Dios. Pero, mi querido Señor, aunque se me acepta como el creador de este universo, yo soy eternamente Tu servidor. De modo que, por favor ten siempre compasión de mí y perdóname».
Estas palabras de Brahmā son otro ejemplo de la humildad que se manifiesta como resultado de haber cometido una ofensa.
Algunas veces se presenta una humildad ocasionada por la timidez. Por ejemplo, cuando Kṛṣṇa se robó toda la ropa de las gopīs mientras ellas se bañaban en el río, todas le suplicaron a Kṛṣṇa que no cometiera esa injusticia con ellas. Las gopīs se dirigieron a Él de esta forma:
«Querido Kṛṣṇa, nosotras sabemos que eres el hijo de Nanda Mahārāja y que eres el ser más querido de toda Vṛndāvana. ¡Y nosotras también Te queremos mucho¡ Pero, ¿por qué nos causas esta molestia? Por favor devuélvenos nuestra ropa. ¡Mira cómo estamos temblando por el intenso frío que hace!».
Esa humildad se debía a la timidez que se manifestaba en ellas por estar desnudas ante Kṛṣṇa.
Culpabilidad
Cuando una persona se culpa a sí misma de cometer una acción indebida, su sentimiento se llama «de culpabilidad».
Un día, Śrīmatī Rādhārāṇī estaba batiendo yogur para Kṛṣṇa. En esa ocasión los brazaletes enjoyados que llevaba en las manos, se pusieron a girar, y además Ella estaba cantando el santo nombre de Kṛṣṇa. Repentinamente, Ella pensó:
«¡Estoy cantando el santo nombre de Kṛṣṇa, y Mis superiores – Mi suegra y Mi cuñada – puede que me oigan!».
Al pensar en eso, Rādhārāṇī sintió una gran ansiedad. Ése es un ejemplo de un sentimieto de culpabilidad debido a la devoción por Kṛṣṇa.
Un día, Śrīmatī Rādhārāṇī, la de los bellos ojos, entró en el bosque para recoger algunas flores con el fin de prepararle una guirnalda a Kṛṣṇa. Mientras Ella recogía las flores, le dio miedo de que alguien pudiera verla, y sintió cierta fatiga y debilidad. Ése es un caso de sentimientos de culpabilidad ocasionados por una labor que se hace para Kṛṣṇa.
Existe un pasaje en El Rasa-sudhākara en el que se dice que Rādhārānī, después de pasar la noche con Kṛṣṇa, se sintió tan débil, que no podía levantarse de la cama. Cuando Kṛṣṇa le tomó la mano para ayudarla, Rādhārāṇī tuvo un sentimiento de culpabilidad por haber pasado la noche con Él.
Fatiga
Después de caminar una gran distancia, después de bailar y después de la actividad sexual, se siente fatiga. Esa clase de fatiga va acompañada de mareo, sudor, inactividad de las extremidades del cuerpo, bostezo y una respiración muy forzada.
Un día, Yaśodā se puso a perseguir a Kṛṣṇa por el patio después de que Él la había ofendido. Al cabo de un rato, Yaśodā se sintió muy fatigada, y a causa de la fatiga estaba sudando y el pelo que llevaba recogido se le había soltado. Ése es un caso de fatiga ocasionada por un trabajo excesivo.
Algunas veces, todos los pastores amigos de Kṛṣṇa, junto con Balarāma, bailaban juntos en alguna ceremonia. En esas ocasiones, las guirnaldas que los muchachos llevaban en el cuello se movían, y ellos comenzaban a sudar. Todo el cuerpo se les mojaba debido a su baile extático. Ése es un caso de fatiga ocasionada por el baile.
En El Śrīmad-Bhāgavatam, Décimo Canto, Capítulo Treinta y Tres, verso 20, se dice que después de que las gopīs disfrutaban de sus amoríos con Kṛṣṇa a través del baile, los abrazos y los besos, algunas veces se cansaban mucho, y Kṛṣṇa, por Su misericordia sin causa y por Su compasión, les acariciaba el rostro con Sus manos de loto. Ése es un ejemplo de fatiga ocasionada por el esfuerzo realizado en el baile rāsa.
Embriaguez
Cuando alguien se vuelve arrogante con un falso orgullo producto de la bebida o por un exceso de sensualidad, la voz le falla, los ojos se le inflaman y algunas partes del cuerpo se le enrojecen. Existe un pasaje en El Lalita-mādhava en donde se dice que, una vez, el Señor Baladeva, embriagado por haber bebido una excesiva cantidad de miel, comenzó a hablarles a las hormigas del modo siguiente:
«¡Oh, ustedes, reyes de las hormigas!, ¿por qué se esconden en esos agujeros?
Al mismo tiempo, Él también se dirigió al rey del cielo:
«¡Oh, rey Indra, juguete de Śacī!, ¿de qué te ríes? Ahora estoy dispuesto a aplastar todo el universo, y sé que Kṛṣṇa no se enojará conmigo».*
Después, Él se dirigió a Kṛṣṇa:
«Mi querido Kṛṣṇa, ¡dime inmediatamente por qué tiembla el mundo entero y por qué la Luna se ve alargada¡ Y, ¡oh, ustedes, miembros de la dinastía Yadu, ¿por qué se ríen de mí? ¡Por favor devuélvanme mis licores hechos con la miel de la flor kadamba!».
Śrīla Rūpa Gosvāmi reza porque el Señor Balarāma se sienta complacido con todos nosotros mientras habla igual que una persona embriagada.
* Baladeva, o Balarāma, es el hermano mayor de Kṛṣṇa. Él es una expansión del propio Dios, y por eso se debe considerar que es una encarnación de Dios, tal como se explica en El Śrīmad-Bhāgavatam.
En ese estado de embriaguez, Balarāma se sintió cansado y se acostó a descansar. Por lo general, cuando las personalidades eminentes se sienten embriagadas, se acuestan, mientras que la gente mediocre se ríe y canta durante la embriaguez, y la gente baja usa un lenguaje vulgar y algunas veces llora. Esa embriaguez se manifiesta de acuerdo con las diferentes edades y mentalidades de cada cual. Śrīla Rūpa Gosvāmi no continúa su discusión sobre este punto, porque no hay necesidad de hablar más de él.
Existe otra descripción de los síntomas de la embriaguez, tal como se presentaban en la persona de Śrī Rādhārāṇī después de que Ella veía a Kṛṣṇa. Algunas veces Ella caminaba de aquí para allá, algunas veces se reía, algunas veces se cubría el rostro, algunas veces hablaba sin sentido, y algunas veces les rezaba a Sus compañeras gopīs. Al ver esos síntomas en Rādhārāṇī, las gopīs comenzaron a hablar entre sí, diciendo:
«¡Vean cómo Rādhārāṇī se ha embriagado tan sólo con ver a Kṛṣṇa ante Ella!».
Ése es un caso de amor extático en medio de la embriaguez.
Orgullo
Las expresiones de amor extático con orgullo pueden ser el resultado de una riqueza excesiva, de una belleza exquisita, de una residencia de primera clase, o de la consecución de nuestra meta ideal. También se nos considera orgullosos cuando no nos importa el desdén de los demás.
Bilvamaṅgala Tḥākura dijo lo siguiente:
«Mi querido Kṛṣṇa, me estás dejando, saliéndote de mis garras a la fuerza. Pero yo sólo me sentiré impresionado por Tu fuerza cuando te puedas salir del fondo de mi corazón».
Ése es un ejemplo del orgullo que se siente en medio del amor extático por Kṛṣṇa.
Una vez, durante el baile rāsa, cuando Rādhārāṇī se fue de la arena y Kṛṣṇa fue a buscarla, una de las queridas amigas de Rādhārāṇī se dirigió a Kṛṣṇa de la siguiente manera:
«Mi querido Kṛṣṇa, Tú has sido muy complaciente al servir a la forma de nuestra Śrī Rādhārāṇī, y ahora has dejado a todas las demás gopīs para buscarla a Ella. Por favor permíteme preguntarte cómo quieres que Ella te trate «.
Ése es un ejemplo del orgullo que se siente a causa de una belleza exquisita.
Algunas veces, Rādhārāṇī se sentía orgullosa en Su fuero interno y decía:
«Aunque los pastorcillos le preparan a Kṛṣṇa unas hermosas guirnaldas de flores, cuando Yo le presento Mi guirnalda, Él se llena de asombro e inmediatamente la acepta y se la lleva al corazón».
De manera similar, en el Décimo Canto, Capítulo Dos, verso 33, de El Śrīmad-Bhāgavatam, el Señor Brahmā dice lo siguiente:
«Mi querido Madhusūdana, las personas que son devotas puras de Vuestra Señoría sienten de hecho Vuestra amistad extática, en virtud de lo cual nunca son vencidas por los enemigos. Ellas saben que siempre están protegidas por Ti, y por esa razón pueden pasar tranquilamente sobre las cabezas de sus enemigos sin niguna preocupación».
En otras palabras, aquel que se ha refugiado por completo bajo los pies de loto del Señor, siempre tiene el orgullo de poder conquistar a todos los enemigos.
Un tejedor de Mathurā se dirigió a Kṛṣṇa con estas palabras:
«Mi querido rey de Vṛndāvana, me siento tan orgulloso de Tu misericordia sin causa para conmigo, que ni siquiera cuento con la misericordia del Señor de Vaikuṇṭha, a la que aspiran muchos grandes sabios absortos en profunda meditación».
En otras palabras, aunque los yogīs y los grandes sabios se sientan a meditar en el Señor Viṣṇu, quien reside en Vaikuṇṭha, un devoto de Kṛṣṇa se siente tan orgulloso, que no considera que esa meditación sea muy valiosa. Ese sentimiento de orgullo se debe a que se ha alcanzado la meta más alta de la vida: Kṛṣṇa.
Duda
Después de que el Señor Brahmā le había robado a Kṛṣṇa todos los terneros, vacas y pastorcillos, trató de irse. Pero súbitamente tuvo dudas sobre el robo que había cometido, y comenzó a mirar hacia todos lados con sus ocho ojos. El Señor Brahmā tiene cuatro cabezas, y, por lo tanto, tiene ocho ojos. Ése es un caso de amor extático en medio de la duda ocasionada por un robo.
De manera similar, solamente para complacer a Kṛṣṇa, Akrūra se robó el maṇi Syamantaka, una piedra que puede producir cantidades ilimitadas de oro, pero después se arrepintió de su robo. Ése es otro caso de amor extático por Kṛṣṇa en medio de la duda ocasionada por un robo.
Cuando Indra, el rey del cielo, estaba haciendo que cayeran torrentes de lluvia sobre la tierra de Vraja, se le aconsejó que se entregara a los pies de loto de Kṛṣṇa. En ese momento, el rostro de Indra se puso muy oscuro debido a la duda.
Aprensión
Cuando a una persona se le turba el corazón al ver relámpagos en el cielo, al ver un animal feroz o al oír un sonido tumultuoso, su estado mental se llama «aprensivo». En ese estado de aprensión, uno trata de refugiarse en algo que le brinde seguridad. En esos momentos puede que se erice el vello del cuerpo y que uno tiemble, y algunas veces se cometen errores. Y a veces puede que el cuerpo se paralice.
En El Padyāvalī encontramos el siguiente pasaje:
«Mi querido amigo, el hecho de que Kṛṣṇa esté residiendo en el círculo demoníaco de Mathurā, bajo la supremacía de Kaṁsa, el rey de los demonios, me causa una gran preocupación».
Ése es un caso de aprensión en medio del amor extático por Kṛṣṇa, a causa de algún peligro que pueda amenazarlo a Él.
Cuando Vṛṣāsura se apareció en Vṛndāvana en la forma de un toro, todas las gopīs se vieron muy afectadas por el temor. Estando perturbadas de esa manera, comenzaron a abrazar los árboles tamāla. Ése es un caso de temor ocasionado por un animal feroz, y de la búsqueda de refugio mientras se recuerda a Kṛṣṇa con amor extático. Al oír a los chacales que aullaban en el bosque de Vṛndāvana, algunas veces la madre Yaśodā ponía mucho cuidado en tener a Kṛṣṇa bajo su vigilancia, temiendo que Kṛṣṇa pudiera ser atacado por ellos. Ése es un caso de amor extático por Kṛṣṇa en medio del temor ocasionado por un sonido tumultuoso. Esa clase de temor es un poco diferente del verdadero miedo. Cuando sentimos temor de algo, aún podemos pensar en el pasado y en el futuro. Pero cuando se presenta esta clase de aprensión extática, no hay lugar para esos pensamientos.
Emoción intensa
La emoción la provoca algo muy querido, algo muy detestable, el fuego, un fuerte viento, una fuerte lluvia, algún fenómeno natural, el ver a un gran elefante o el ver a un enemigo. Cuando la emoción la provoca el ver algo muy querido, podemos hablar con mucha facilidad y usar palabras gratas. Cuando la emoción la ha causado el ver algo detestable, gritamos en voz muy alta. Cuando la emoción la ha causado el ver fuego, tratamos de huir. También puede que haya temblor del cuerpo, que cerremos los ojos y que haya lágrimas en ellos. Cuando sentimos emoción debido a un fuerte viento, tratamos de correr rápidamente y nos frotamos los ojos. Cuando la emoción se debe a la lluvia, tomamos un paraguas y hay tensión en el cuerpo. Cuando la emoción se debe a un fenómeno repentino de la naturaleza, el rostro de uno pierde el color, uno se llena de asombro y el cuerpo le tiembla. Si la emoción procede de ver a un elefante, puede que uno salte y manifieste diversos signos de temor, y algunas veces puede que uno se la pase mirando hacia atrás. Cuando la emoción se debe a la presencia de un enemigo, buscamos un arma fatal y tratamos de escapar.
Cuando Kṛṣṇa regresó del bosque de Vṛndāvana, la madre Yaśodā sintió tanta emoción de ver a su hijo, que comenzó a salirle leche de los pechos. Ése es un ejemplo de la emoción que provoca el ver un objeto querido.
En el Décimo Canto, Capítulo Veintitrés, verso 18, de El Śrīmad-Bhāgavatam, Śukadeva Gosvāmī le informa lo siguiente al rey Parīkṣit:
«Mi querido Rey, las esposas de los brahmāṇas estaban por lo general muy apegadas a la glorificación de Kṛṣṇa, y siempre estaban ansiosas de tener la oportunidad de verlo. Debido a eso, cuando supieron que Kṛṣṇa estaba cerca se sintieron muy ansiosas de verlo, e inmediatamente salieron de sus casas».
Ése es un caso de actividad emocional ocasionada por la presencia de alguien muy querido.
Cuando Pūtanā, la bruja demoníaca, fue derribada y matada por Kṛṣṇa, la madre Yaśodā quedó muy sorprendida y comenzó a gritar emocionada: «¿Oh!, ¿qué es esto? ¿Qué es esto?». Cuando la madre Yaśodā vio que su querido bebé Kṛṣṇa estaba jugando sobre el pecho del cadáver de la mujer demoníaca, no supo qué hacer, y comenzó a caminar de un lado a otro. Ése es un caso de un estado emocional que se produce cuando se ve algo horrible.
Cuando Kṛṣṇa sacó de raíz los dos árboles arjuna y Yaśodā escuchó el sonido de éstos al caer, ella se llenó de emoción y simplemente se puso a mirar hacia arriba, porque estaba demasiado confundida como para saber qué más podía hacer. Ése es un caso de un estado emocional que se produce al oír un ruido tumultuoso.
Cuando en Vṛndāvana hubo un incendio forestal, todos los pastores de vacas se reunieron y desesperadamente acudieron a Kṛṣṇa a pedirle protección. Ése es un caso de emoción provocada por el fuego.
El demonio torbellino conocido como Tṛṇāvarta, una vez levantó a Kṛṣṇa del suelo y lo llevó por los aires junto con algunos árboles muy grandes. En esos momentos, la madre Yaśodā no podía ver a su hijo, y estaba tan preocupada, que comenzó a caminar de un lado a otro. Ése es un ejemplo de emoción causada por un fuerte viento.
En el Décimo Canto, Capítulo Veinticinco, verso 11, de El Śrīmad-Bhāgavatam, hay una descripción de cómo Indra hizo que cayeran unos fuertes torrentes de lluvia en Vṛndāvana. Todas las vacas y los pastorcillos se sintieron tan afligidos por el viento y el frío, que se reunieron para refugiarse bajo los pies de loto de Kṛṣṇa. Ése es un ejemplo de emoción causada por una fuerte lluvia.
Cuando Kṛṣṇa estaba en el bosque de Vṛṇdāvana hubo fuertes torrentes de granizo, y las personas mayores le suplicaron lo siguiente:
«¡Kṛṣṇa, no te muevas ahora¡ Ni siquiera las personas que son más fuertes y de más edad que Tú pueden moverse, y Tú no eres más que un niño pequeño. Así que, por favor, ¡quédate quieto!».
Ése es un ejemplo de emoción causada por una fuerte granizada.
Cuando Kṛṣṇa estaba castigando a Kāliya en el agua venenosa del Yamunā, la madre Yaśodā comenzó a hablar de una manera emocional:
«¡Oh, miren cómo la tierra parece estar temblando¡ ¡Da la impresión de que hay un terremoto, y en el cielo se ven lágrimas por todas partes¡ Mi querido hijo ha entrado en las aguas venenosas del Yamunā. ¿Qué voy a hacer ahora?».
Ése es un caso de emoción provocada por un fenómeno natural.
En la arena de Kaṁsa, cuando Kṛṣṇa fue atacado por grandes elefantes, todas las damas presentes comenzaron a dirigirse a Él de esta forma:
«¡Mi querido niño, ¡por favor sal de aquí inmediatamente¡ ¡Ándate de este lugar cuanto antes¡ ¿No ves los grandes elefantes que vienen a atacarte? ¡La mirada inocente que Tú les diriges nos causa una gran perturbación!».
Entonces, Kṛṣṇa le dijo a la madre Yaśodā:
«Mi querida madre, no permitas que te perturbe la apariencia de los elefantes y los caballos que con tanta fuerza vienen y levantan el polvo, cegando a estas mujeres de ojos de loto. Deja que incluso el demonio Keśī venga a Mí; aun así Mis brazos serán suficientes para la victoria. De modo que, por favor, no te perturbes».
En El Lalita-mādhava, una amiga de la madre Yaśodā le dice a ella:
«Qué maravilloso es que cuando el demonio Śaṅkhacūḍa – enorme y fuerte como una gran colina – atacó a tu hermoso hijo que es como Cupido, no había nadie presente en Vṛndāvana para ayudarlo. Y, sin embargo, tu pequeño hijo mató al demonio. Parece ser que tu hijo se salvó de esa forma debido al resultado de las severas penitencias y austeridades que hiciste en tus vidas pasadas».
En el mismo El Lalita-mādhava figura un relato de cómo Kṛṣṇa raptó a Rukmiṇi en la ceremonia de su boda real. En esa ocasión, todos los príncipes presentes comenzaron a conversar entre ellos, diciendo:
«Nosotros tenemos nuestros elefantes, caballos, carruajes, arcos, flechas y espadas, ¿por qué, entonces, habríamos de tenerle miedo a Kṛṣṇa? ¡Vamos a atacarlo¡ ¡Él no es más que un pastorcillo sensual¡ ¡Él no puede llevarse así a la princesa¡ ¡Vamos todos a atacarlo!».
Ése es un caso de emoción causada por la presencia de enemigos.
Śrīla Rūpa Gosvāmī trata de probar con los ejemplos anteriores que, en relación con Kṛṣṇa, no hay ninguna posibilidad de impersonalismo. Todas las actividades personales existen en relación con Kṛṣṇa.
Locura
Śrīla Bilvamaṅgala Ṭhākura reza en su libro de la siguiente manera:
«Que Śrīmatī Rādhārāṇī purifique el mundo, entero, porque Ella se ha entregado a Kṛṣṇa completamente. Llevada por el amor extático que le profesaba a Él, a veces Ella actuaba como una tonta y trataba de batir yogur, si bien no había yogur en la olla. Y al ver esto, Kṛṣṇa quedaba tan hechizado por Rādhārāṇī, que se ponía a ordeñar un toro en lugar de una vaca».
Ésos son algunos de los casos de demencia o de locura relacionados con los amoríos de Rādhā y Kṛṣṇa. En El Śrīmad-Bhāgavatam se dice que cuando Kṛṣṇa entró en las aguas venenosas del Yamunā, Śrīmatī Yaśodā-devī se volvió loca. En vez de buscar hierbas curativas, ella se puso a hablar con los árboles como si fueran encantadores de serpientes. Con las manos juntas, ella comenzó a inclinarse ante los árboles, preguntándoles:
«¿Cuál es la hierba medicinal que puede evitar que Kṛṣṇa muera a causa de esta agua envenenada?».
Ése es un caso de demencia ocasionada por un gran peligro.
La manera en que un devoto puede hallarse en un estado de demencia debido al amor extático, se describe en el Décimo Canto, Capítulo Treinta, verso 4, de El Śrīmad-Bhāgavatam, en donde se relata el incidente en que las gopīs estaban buscando a Kṛṣṇa por los bosques de Vṛndāvana. Las gopīs estaban cantando en voz alta las glorias de Kṛṣṇa, e iban deambulando de un bosque a otro en busca de Él. Ellas sabían que Kṛṣṇa no está localizado en un solo lugar, sino que está en todas partes. Él está en el cielo, Él está en el agua, Él está en el aire, y Él es la Superalma que se encuentra en el corazón de todos. Así pues, las gopīs comenzaron a preguntarles a todos los árboles y plantas por la Suprema Personalidad de Dios. Ése es un caso de locura extática por parte de los devotos.
De manera similar existen síntomas de enfermedades que se deben al amor extático. Los grandes eruditos reconocen esa condición como mahābhāva. Esa condición sumamente elevada se llama también divyonmāda, o locura trascendental.
Olvido
Cuando Kṛṣṇa estaba ausente de Vṛḍāvana y se estaba quedando en Mathurā, Śrīmatī Rādhārāṇī le mandó decir que Su madre, la reina de Vraja, sentía tanto su separación de Él, que le salía espuma por la boca, como la espuma que se ve a orillas del océano. Y algunas veces ella levantaba los brazos como si fueran las olas del océano, y por el intenso sentimiento que le producía la separación, rodaba por el suelo creando un sonido tumultuoso y atronador. Y algunas veces se quedaba totalmente callada, como un mar en calma. Estos síntomas que se deben a la separación de Kṛṣṇa se llaman apasmāra, u olvido. Uno se olvida completamente de su posición cuando manifiesta estos síntomas en medio del amor extático.
Una vez se le envió a Kṛṣṇa otro mensaje, informándole que después de que había matado a Kaṁsa, uno de los demonios amigos de Kaṁsa se había vuelto loco. Este demonio se puso a echar espuma por la boca, a mover los brazos y a rodar por el suelo. Esa demostración demoníaca está relacionada con Kṛṣṇa en un humor de horror. Esa melosidad o sabor es una de las relaciones indirectas que se tienen con Kṛṣṇa. Las primeras cinco clases de relaciones se llaman «directas», y las otras siete se llaman «indirectas». De una forma u otra, el demonio debe de haber tenido alguna relación con Kṛṣṇa, debido a que esos síntomas se manifestaron cuando supo que Kṛṣṇa ya había matado a Kaṁsa. Śrīla Rūpa Gosvāmī hace notar que también en esa clase de síntoma hay una excelencia trascendental.
Enfermedad
Cuando Kṛṣṇa estaba ausente de Vṛndāvana y se encontraba viviendo en Mathurā, algunos de Sus amigos le informaron:
«Querido Kṛṣṇa, por estar separados de Ti, los habitantes de Vraja están tan afligidos, que parecen estar enfermos. Ellos tienen fiebre en el cuerpo, y no pueden moverse bien. Tan sólo están acostados en el suelo, respirando con dificultad.»
En el Décimo Canto, Capítulo Doce, verso 44, de El Śrīmad-Bhāgavatam, Mahārāja Parīkṣit preguntó acerca del Señor Ananta, y al oír esa pregunta, Śukadeva Gosvāmī comenzó a mostrar síntomas de un colapso. Sin embargo, se contuvo, y respondió a la pregunta del rey Parīkṣit con voz suave. Esa condición de colapso se describe como un estado febril producto del placer extático.
Existe otro pasaje en El Śrīmad-Bhāgavatam, en el que se habla de las doncellas de Vraja que se encontraron con Kṛṣṇa en el sagrado lugar de Kurukṣetra muchos años después de sus pasatiempos infantiles. Cuando se reunieron en ese lugar sagrado, todas las gopīs se quedaron aturdidas al ocurrir un eclipse solar. La respiración, el parpadeo de los ojos y todas las demás funciones similares del cuerpo se les interrumpieron, y ellas se quedaron paradas frente a Kṛṣṇa como unas estatuas. Ése es otro ejemplo de una condición enferma producto de un placer trascendental exuberante.