El Encanto de las Glorias de Kṛṣṇa

śrī-kṛṣṇa kṛṣṇa-sakha vṛṣṇy-ṛṣabhāvani-dhrug-
rājanya-vaṁśa-dahanānapavarga-vīrya
govinda go-dvija-surārti-harāvatāra
yogeśvarākhila-guro bhagavan namas te

¡Oh, Kṛṣṇa!, ¡oh, amigo de Arjuna!, ¡oh, Tú, el principal entre los descendientes de Vṛṣṇi!, Tú eres el destructor de aquellos partidos políticos que son elementos perturbadores en esta Tierra. Tu valentía nunca se deteriora. Tú eres el propietario de la morada trascendental, y desciendes para aliviar las aflicciones de las vacas, los brāhmaṇas y los devotos. Tú posees todos los poderes místicos, y Tú eres el preceptor del universo entero. Tú eres el todopoderoso Dios, y a Ti Te ofrezco mis respetuosas reverencias.

Śrīmad-Bhāgavatam 1.8.43

Śrīmatī Kuntīdevī hace aquí un resumen del Supremo Señor Śrī Kṛṣṇa. El Señor todopoderoso tiene Su trascendental morada eterna, en la que se dedica a cuidar vacas surabhis. A Él Lo sirven cientos y miles de diosas de la fortuna. Él desciende al mundo material a redimir a Sus devotos y a aniquilar a los elementos perturbadores que, en grupos de partidos políticos y reyes, se supone que están a cargo de la labor de administración. Él crea, mantiene y aniquila, mediante Sus ilimitadas energías, y aun así siempre está colmado de valor, y Su potencia no se deteriora. Las vacas, los brāhmaṇas y los devotos del Señor son todos objeto de Su especial atención, porque todos ellos son factores muy importantes para el bienestar general de los seres vivientes.

Kuntī se dirige al Señor Kṛṣṇa llamándolo kṛṣṇa-sakha, porque sabe que aunque Arjuna, a quien también se le conoce con el nombre de Kṛṣṇa, es su hijo y, por consiguiente, su subordinado, el Señor Kṛṣṇa está más íntimamente relacionado con Arjuna que con ella. Kṛṣṇa también es un nombre de Draupadī, por lo que la palabra kṛṣṇa-sakha también denota la relación del Señor Kṛṣṇa con Draupadī, a quien Él salvó de ser insultada cuando Duḥśāsana y Karṇa intentaron desnudarla. Kuntī también llama al Señor Kṛṣṇa vṛṣṇi-ṛṣabha, el hijo de la dinastía de Vṛṣṇi. Se debió a que Kṛṣṇa apareció en la dinastía Vṛṣṇi que esta dinastía se hizo famosa, de la misma manera en que Malasia y las colinas Malayas se hicieron famosas a causa del sándalo que crece en ellas.

Kuntīdevī también se refiere al Señor Kṛṣṇa como el destructor de los partidos políticos o de las dinastías reales que perturban la Tierra. En todas las monarquías, al rey se le honra de un modo muy espléndido. ¿Por qué? Si él es un ser humano y los demás ciudadanos también son seres humanos, ¿por qué se le honra de esa manera? La respuesta es que el rey, así como el maestro espiritual, tiene la función de ser el representante de Dios. En las Escrituras védicas se dice: ācāryaṁ māṁ vijānīyān nāvamanyeta karhicit (Bhāg. 11.17.27): Al maestro espiritual no se le debe considerar un ser humano común. De igual modo, al rey o al presidente tampoco se le debe tratar como si fuera un ser humano común.

En el idioma sánscrito, al rey también se le da el nombre de naradeva, que significa «Dios en forma humana». Su deber es como el de Kṛṣṇa. Así como Dios es el ser viviente supremo del universo y es el sustentador de todos los demás seres vivientes, así mismo el rey es el ciudadano supremo del Estado y es responsable del bienestar de todos los demás.

Así como nosotros somos seres vivientes, Kṛṣṇa, Dios, también es un ser viviente. Kṛṣṇa no es impersonal. Puesto que todos nosotros somos personas individuales pero nuestro conocimiento y opulencia son limitados, los impersonalistas no pueden adaptarse a la idea de que el Supremo, la ilimitada causa original de todo, también puede ser una persona. Como nosotros somos limitados y Dios es ilimitado, los māyāvādīs, los impersonalistas, con su escaso acopio de conocimiento, piensan que Dios debe de ser impersonal. Haciendo una comparación material, dicen que, así como el cielo —del cual pensamos que es ilimitado— es impersonal, si Dios es ilimitado, también ha de ser impersonal.

Pero ésa no es la instrucción védica. Los Vedas instruyen que Dios es una persona. Kṛṣṇa es una persona, y nosotros también somos personas, pero la diferencia estriba en que a Él se Le debe adoración, mientras que nosotros debemos ser los adoradores. El rey o el presidente es una persona, y los ciudadanos también son personas, pero a ellos los diferencia el hecho de que el presidente o el rey es una persona excelsa a quien se le debe ofrecer pleno respeto.

Ahora bien, ¿por qué un gran número de personas habrían de adorar a una persona? Porque esa persona mantiene a las demás. Eko bahūnāṁ yo vidadhāti kāmān. Dios es uno y nosotros somos muchos, pero a Él se Le adora porque Él mantiene a todo el mundo. Es Dios quien suministra comida y todas las demás cosas necesarias en la vida. Necesitamos agua, y Dios ha tenido a bien disponer que haya océanos de agua, mezclados con sal para preservar bien todo. Además, como necesitamos agua potable, por disposición de Dios la luz del Sol evapora el agua del océano, la eleva por el cielo hasta una gran altura, y luego distribuye agua clara y destilada. ¡Ven cómo Dios está proveyendo de todo lo que todo el mundo necesita!

Incluso en la vida común, el Estado tiene un departamento de calefacción, un departamento de iluminación, un departamento de fontanería, etc. ¿Por qué? Porque todas ésas son comodidades que necesitamos. Pero esas disposiciones están subordinadas; la primera disposición es la de Dios. Es Dios quien originalmente suministra calor, luz y agua. Es Dios quien suministra el agua de lluvia que llena nuestros pozos y embalses. Por lo tanto, Dios es el abastecedor original.

Dios es una persona inteligente que sabe que necesitamos calor, luz, agua, etc. Sin agua no podemos producir comida. Hasta aquellos que comen animales no pueden hacerlo sin la disposición de Dios, pues al animal también debe proveérsele de pasto antes de que pueda ser llevado al matadero. De modo que es Dios quien está suministrando comida, pero aun así estamos creando una rebelión en contra de Él. La palabra dhruk significa «rebelde». Esos sinvergüenzas que están en contra de la ley de Dios son rebeldes.

El rey tiene el deber de actuar como representante de Kṛṣṇa, Dios. De lo contrario, ¿qué derecho tiene de que los ciudadanos lo honren tanto? Antiguamente, en todos los países existía la monarquía, pero debido a que los reyes se rebelaron en contra de Dios y violaron Sus leyes, debido a que trataron de usurpar el poder de Dios y no actuaron como representantes Suyos, prácticamente todas las monarquías del mundo han desaparecido. Los reyes pensaron que sus reinos constituían su propiedad personal. «Tengo tanta propiedad, un reino tan grande —pensaron ellos—. Yo soy Dios. Soy el señor de todo lo que veo». Pero eso no es realmente cierto. Lo cierto es que todo pertenece a Dios (īśāvāsyam idaṁ sarvam). En consecuencia, el representante de Dios debe obedecer a Dios muy estrictamente, y entonces su posición será legítima.

Reyes codiciosos e interesados en sí mismos son como maestros espirituales falsos que proclaman que ellos mismos son Dios. Debido a que esos falsos maestros son rebeldes, no tienen ninguna posición. Se espera que un maestro espiritual actúe, no como Dios, sino como el sirviente más íntimo de Dios, dedicándose a difundir el cultivo de conciencia de Dios, conciencia de Kṛṣṇa. Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura dice: sākṣād-dharitvena samasta-śāstrair uktaḥ: Todos los śāstras, las Escrituras védicas, declaran que al maestro espiritual se le debe honrar como a la Suprema Personalidad de Dios. Así que la idea de que el maestro espiritual es prácticamente como Dios no es falsa. Ello se afirma en los śāstras y, por lo tanto, aquellos que están adelantados en la vida espiritual aceptan ese mandamiento espiritual (uktas tathā bhāvyata eva sadbhiḥ). Entonces, ¿es el maestro espiritual prácticamente como Dios? Kintu prabhor yaḥ priya eva tasya: El maestro espiritual no es Dios, sino el representante íntimo de Dios. La diferencia es la que hay entre sevya-bhagavān (aquel que es adorado) y sevaka-bhagavān (aquel que adora). El maestro espiritual es Dios, y Kṛṣṇa es Dios, pero Kṛṣṇa es el Dios que hay que adorar, mientras que el maestro espiritual es el Dios adorador.

Los māyāvādīs no pueden entender esto. Ellos piensan: «Puesto que al maestro espiritual hay que aceptarlo como a Dios, y puesto que yo me he vuelto maestro espiritual, me he vuelto Dios». Eso es rebeldía. Aquellos a quienes Dios les ha dado una posición, pero que quieren usurpar Su poder, cosa que de hecho no pueden hacer, son sinvergüenzas y pícaros rebeldes  que requieren de un castigo. Por consiguiente, Kuntīdevī dice: avani-dhrug-rājanya-vaṁśa-dahana: «Tú desciendes para matar a todos esos sinvergüenzas que de una manera rebelde pretenden ocupar Tu posición». Cuando varios reyes o terratenientes están subordinados a un emperador, a veces se rebelan y rehusan pagar impuestos. De modo similar, hay personas rebeldes que niegan la supremacía de Dios y se declaran a sí mismas Dios, y Kṛṣṇa tiene la ocupación de matarlas.

La palabra anapavarga indica que la valentía de Kṛṣṇa no se deteriora. Esta palabra es la opuesta a la palabra pavarga, que se refiere al sendero de la tribulación material. Según la lingüística sánscrita, la palabra pavarga también se refiere a las letras sánscritas pa, pha, ba, bha, y ma. Así pues, cuando la palabra pavarga se usa para referirse al sendero de la tribulación material, su significado se entiende a través de palabras que comienzan con estas cinco letras.

La letra pa es de pariśrama, que significa «esfuerzo». En este mundo material, hay que trabajar muy duro para mantenerse. En el Bhagavad-gītā (3.8) se dice: śarīra-yātrāpi ca te na prasiddhyed akarmaṇaḥ: «Sin trabajar, no se puede mantener ni siquiera el propio cuerpo». Kṛṣṇa nunca aconsejó a Arjuna: «Yo soy tu amigo, y haré todo. Tú sólo siéntate y fuma gañjā». Kṛṣṇa estaba haciendo todo, pero aun así dijo a Arjuna: «Tú debes pelear». Y Arjuna tampoco dijo a Kṛṣṇa: «Tú eres mi gran amigo. Mejor pelea Tú y déjame sentarme y fumar gañjā». No, eso no es conciencia de Kṛṣṇa. La persona consciente de Dios no dice: «Dios, por favor, haz Tú todo por mí y déjame fumar gañjā». Por el contrario, la persona consciente de Dios debe trabajar para Dios. Pero incluso si no se trabaja por el bien de Dios, hay que trabajar, pues sin trabajo ni siquiera es posible mantener el cuerpo. El mundo material, por consiguiente, está hecho para pariśrama, un arduo esfuerzo.

Hasta el león, aunque es el rey de las fieras, debe, no obstante, buscar en la selva su propia presa. Se dice: na hi suptasya siṁhasya praviśanti mukhe mṛgāḥ. El león no puede pensar: «Como yo soy el rey de la selva, voy a dormir, y todos los animales vendrán y entrarán en mi boca». Eso no es posible. «No, señor. Aunque usted sea un león, debe ir a buscar su comida». Por lo tanto, hasta el león, que es tan poderoso, debe esforzarse con gran dificultad para encontrar otro animal que comer e, igualmente, en el mundo material todos deben trabajar con gran dificultad para continuar su vida.

De manera que pa se refiere a pariśrama, «esfuerzo», y pha es de phenila, que significa «espuma». Mientras el caballo trabaja muy arduamente, le sale espuma por la boca y, de la misma manera, los seres humanos también deben trabajar arduamente. Esa ardua labor, sin embargo, es vyartha, «inútil», y eso es lo que se indica con la letra ba. Y bha indica bhaya, «temor». Pese a trabajar tan duro, siempre se está un poco temeroso de que las cosas no salgan como se desea. Por naturaleza, el cuerpo supone comer, dormir, aparearse y temer (āhāra-nidrā-bhaya-maithunaṁ ca). Aunque puede que comamos muy bien, debemos cuidar de no comer más de la cuenta, para así no enfermarnos. De modo que hasta comer causa temor. El pájaro, mientras come, mira a un lado y a otro, temeroso de que algún enemigo se pueda estar acercando. Y para todas las entidades vivientes, todo finalmente termina en la muerte, mṛtyu, y eso es lo que se indica con la letra ma.

Así pues, pavarga y sus letras componentes, —pa, pha, ba, bha, y ma—, indican arduo esfuerzo (pariśrama), salida de espuma por la boca (phenila), frustración (vyartha), temor (bhaya) y muerte (mṛtyu). Eso se denomina pavarga, el sendero de la tribulación material. Apavarga, sin embargo, indica justo lo opuesto: el mundo espiritual, en el que no hay ni esfuerzo, ni espuma, ni frustración, ni temor, ni muerte. Por consiguiente, a Kṛṣṇa se Le conoce como anapavarga-vīrya, pues Él enseña el sendero que va al mundo espiritual.

¿Por qué tenemos que sufrir de esas cinco clases de tribulaciones? Porque tenemos un cuerpo material. En cuanto aceptamos un cuerpo material—ya sea el de un presidente o el de un hombre común, el de un semidiós  o el de un ser humano, el de un insecto o el de un Brahmā—, debemos pasar por esas tribulaciones. Eso se denomina existencia material. Por lo tanto, Kṛṣṇa viene a enseñarnos el sendero que conduce a apavarga, a estar libre de esas tribulaciones, y cuando Kṛṣṇa enseña ese sendero, debemos aceptarlo. Kṛṣṇa dice muy claramente: «Entrégate a Mí. Yo te daré apavarga». Ahaṁ tvāṁ sarva-pāpebhyo mokṣayiṣyāmi: «Yo te protegeré». Y Kṛṣṇa tiene el poder necesario para cumplir esa promesa.

Kuntīdevī se dirige a Kṛṣṇa llamándolo Govinda, porque Él es el dador de placer para las vacas y para los sentidos. Govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi. Govinda, Kṛṣṇa, es el ādi-puruṣam, la persona original. Aham ādir hi devānām (Bg. 10.2): Él es el origen incluso de semidioses como Brahmā, Viṣṇu y Śiva. La gente no debe pensar que Brahmā, Viṣṇu y Śiva son el origen de todo. No. Kṛṣṇa dice: aham ādir hi devānām: «Yo soy el origen incluso de esos semidioses». Por lo tanto, reiteradamente hacemos énfasis en que no adoramos a nadie más que a la persona original (govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi).

Cuando Kuntī ora diciendo: go-dvija-surārti-harāvatāra, indica que Govinda, Kṛṣṇa, desciende a este mundo especialmente a proteger a las vacas, a los brāhmaṇas y a los devotos. La gente demoníaca de este mundo son los más grandes enemigos de las vacas, pues mantienen cientos y miles de mataderos. Aunque las inocentes vacas dan leche, el alimento más importante de todos, y aunque incluso al morir las vacas dan su piel para que se hagan zapatos, la gente es tan sinvergüenza, que matan a las vacas, y aun así quieren ser felices en este mundo. ¡Cuán pecadores son!

¿Por qué abogamos tanto por la protección de la vaca? Porque la vaca es el animal más importante de todos. No existe ningún mandamiento que indique que no se deba comer la carne de los tigres u otros animales semejantes. En la cultura védica, a aquellos que comen carne se les recomienda comer carne de cabra, de perro, de cerdo o de otros animales inferiores, pero nunca carne de vaca, el animal más importante de todos. Mientras las vacas viven, prestan el importante servicio de dar leche, e incluso después de morir prestan servicio, al dejar disponibles su piel, cascos y cuernos, que pueden utilizarse de diversas maneras. No obstante, la actual sociedad humana es tan desagradecida que innecesariamente mata a esas inocentes vacas. Debido a ello, Kṛṣṇa viene a castigarlos.

A Kṛṣṇa se Le adora con la siguiente oración:

namo brahmaṇya-devāya
go-brāhmaṇa-hitāya ca
jagad-dhitāya kṛṣṇāya
govindāya namo namaḥ

«Mi Señor, Tú eres el bienqueriente de las vacas y de los brāhmaṇas, y Tú eres el bienqueriente del mundo y de la sociedad humana por entero». Para que haya una sociedad humana perfecta, debe haber protección de go-dvija: las vacas y los brāhmaṇas. La palabra dvija se refiere al brāhmaṇa, aquel que conoce a Brahman (Dios). Cuando la gente demoníaca ocasiona demasiados problemas a los brāhmaṇas y a las vacas, Kṛṣṇa desciende para restablecer los principios religiosos. Como el Señor dice en el Bhagavad-gītā (4.7):

yadā yadā hi dharmasya
glānir bhavati bhārata
abhyutthānam adharmasya
tadātmānaṁ sṛjāmy aham

«Cuando quiera y dondequiera que disminuya la práctica religiosa, ¡oh, descendiente de Bharata!, y aumente la irreligión de manera predominante, en ese momento desciendo personalmente». En la era actual, Kali-yuga, la gente es muy pecadora y, en consecuencia, está sufriendo mucho. Por consiguiente, Kṛṣṇa Se ha encarnado en la forma de Su nombre, tal como se encuentra en el mahā-mantra: Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/ Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare.

La reina Kuntī oró al Señor sólo para enunciar un fragmento de Sus glorias. El Señor, una vez que oyó sus oraciones, que estaban compuestas con palabras selectas para Su glorificación, respondió con una sonrisa, y Su sonrisa era tan hechizadora como Su poder místico. A las almas condicionadas, que están dedicadas a tratar de enseñorearse del mundo material, también las hechizan los poderes místicos del Señor, pero las glorias del Señor hechizan a Sus devotos de una manera diferente. Así pues, todos los devotos adoran al Señor por medio de palabras selectas. Ninguna cantidad de palabras selectas es suficiente para describir la gloria del Señor, mas, aun así, Él Se satisface con esas oraciones, de la misma manera en que a un padre lo satisfacen incluso los balbuceos que va haciendo su hijo mientras está creciendo. Así pues, el Señor sonrió y aceptó las oraciones de la reina Kuntī.

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