Brahmā roba los niños y los terneros
Sukadeva Gosvāmī se animó mucho cuando Mahārāja Parīkṣit le preguntó por qué los pastorcillos de vacas no discutieron la muerte de Aghāsura sino hasta después de que hubo pasado un año. Él lo explicó así: «Mi querido Rey, debido a tu curiosidad, haces más refrescante el tema de los pasatiempos trascendentales de Kṛṣṇa».
Se dice que la naturaleza de un devoto es la de aplicar constantemente su mente, su energía, sus palabras, sus oídos, etc., en oír y cantar acerca de Kṛṣṇa. A esto se le denomina conciencia de Kṛṣṇa, y para aquel que está absorto en oír y cantar acerca de Kṛṣṇa, el tema nunca se vuelve trillado o viejo. Esa es la importancia de los temas trascendentales, en contraste con los temas materiales. Los temas materiales se vuelven rancios, y nadie puede oír un determinado tema por largo tiempo; se requiere de un cambio. Pero, en lo que respecta al tema trascendental, se le denomina nitya-navyamāna. Esto significa que uno puede proseguir cantando y oyendo acerca del Señor, y nunca sentirse cansado; más bien, se permanecerá fresco y deseoso de oír cada vez más.
Es el deber del maestro espiritual descubrir todo tema confidencial al discípulo inquisitivo y sincero. Así, Śukadeva Gosvāmī comenzó a explicar el por qué la muerte de Aghāsura no se discutió hasta que hubo pasado un año. Śukadeva Gosvāmī le dijo al Rey: «Ahora oye este secreto con atención. Después de salvar a Sus amigos de la boca de Aghāsura y matar al demonio, el Señor Kṛṣṇa llevó a Sus amigos a la ribera del Yamunā y se dirigió a ellos en la forma siguiente: “Mis queridos amigos, miren cómo este lugar es muy agradable para almorzar y jugar en la suave ribera arenosa del Yamunā. Pueden ver cómo el viento mece bellamente las flores de loto en el agua, y cómo estas esparcen su aroma por todas partes. Rodeadas por el murmullo de las hojas de los árboles, el trinar de los pájaros y el arrullo de los pavos reales se combinan y presentan vibraciones sonoras que resuenan entre sí; y esto sencillamente enriquece el bello escenario creado aquí por los árboles. Almorcemos en este lugar, puesto que ya es tarde y estamos sintiendo hambre. Dejemos que los terneros permanezcan cerca de nosotros y que tomen el agua del Yamunā. Mientras almorzamos, los terneros pueden ocuparse en comer los tiernos pastos que hay en este lugar”».
Al oír esta proposición de Kṛṣṇa, todos los niños se alegraron mucho y dijeron: «Ciertamente, sentémonos todos aquí a comer nuestro almuerzo». Entonces, soltaron a los terneros para que comieran los tiernos pastos, se sentaron en el suelo, y, dejando a Kṛṣṇa en el centro, comenzaron a abrir los diferentes paquetes de comida que habían traído desde sus casas. El Señor Śrī Kṛṣṇa estaba sentado en el centro del círculo, y todos los niños mantuvieron sus caras dirigidas hacia Él. Ellos comían y disfrutaban constantemente de ver cara a cara al Señor. Kṛṣṇa parecía el verticilo de una flor de loto, y los niños que lo rodeaban parecían ser sus diferentes pétalos. Los niños juntaron flores, pétalos y cortezas de árboles, los colocaron debajo de sus diferentes paquetes, y así comenzaron a almorzar, manteniéndose en la compañía de Kṛṣṇa. Mientras almorzaban, cada niño empezó a manifestar diferentes clases de relaciones con Kṛṣṇa y cada uno disfrutó de la compañía de los demás con palabras jocosas. Mientras el Señor Kṛṣṇa disfrutaba así de la merienda con Sus amigos, puso Su flauta en el cinturón de Su ropa, y Su clarín junto con Su caña los puso en la parte izquierda de Sus atavíos. Él sostenía en Su mano izquierda un puñado de comida preparada con yogur, mantequilla, arroz y pedazos de ensalada de fruta, que podía verse a través de los nudillos de Sus dedos, los cuales semejaban pétalos. La Suprema Personalidad de Dios, quien recibe los resultados de todos los grandes sacrificios, reía y bromeaba, disfrutando de la merienda con Sus amigos, en Vṛndāvana. Y de esa manera, los semidioses del cielo observaban la escena. En cuanto a los niños, ellos simplemente disfrutaban de bienaventuranza trascendental en compañía de la Suprema Personalidad de Dios.
En ese momento, los terneros que pastaban cerca entraron en lo profundo del bosque, seducidos por las hierbas frescas, y gradualmente se perdieron de vista. Cuando los niños vieron que los terneros no estaban cerca, temieron por la seguridad de ellos, e inmediatamente gritaron: «¡Kṛṣṇa!». Kṛṣṇa es el que mata al temor personificado. Todo el mundo le teme al temor personificado, pero el temor personificado le teme a Kṛṣṇa. Gritando la palabra «Kṛṣṇa», los niños trascendieron al instante la situación de temor. Debido a Su gran afecto, Kṛṣṇa no quería que Sus amigos dejaran Su placentero almuerzo y buscaron los terneros. Por eso, Él dijo: «Mis queridos amigos, no tienen que interrumpir su almuerzo. Sigan disfrutando. Yo voy a ir personalmente adonde están los terneros». Así, el Señor Kṛṣṇa salió inmediatamente a buscar los terneros en las cuevas y matorrales. Él buscó en las grietas de las montañas y en los bosques, pero no pudo encontrarlos en ninguna parte.
En el momento en que Aghāsura fue matado y los semidioses observaban el acontecimiento con gran sorpresa, Brahmā, quien nació de la flor de loto que crece del ombligo de Viṣṇu, también fue a ver. Él se sorprendió ante el hecho de que un pequeño niño como Kṛṣṇa pudiera actuar tan maravillosamente. Aunque se le informó que el pequeño pastorcillo de vacas era la Suprema Personalidad de Dios, él quiso ver más pasatiempos gloriosos del Señor, y por eso robó todos los terneros y los pastorcillos y los llevó a otro sitio. Por consiguiente, el Señor Kṛṣṇa, a pesar de buscar los terneros, no pudo encontrarlos, e incluso se le perdieron Sus amigos en la ribera del Yamunā, donde habían estado merendando. En la forma de un pastorcillo de vacas, el Señor Kṛṣṇa era muy pequeño en comparación con Brahmā, pero debido a que Él es la Suprema Personalidad de Dios, pudo comprender inmediatamente que todos los niños y los terneros habían sido robados por Brahmā. Kṛṣṇa pensó: «Brahmā se ha llevado a todos los niños y a los terneros. ¿Cómo puedo Yo regresar solo a Vṛndāvana? ¡Las madres se afligirán!».
Por lo tanto, para satisfacer a las madres de Sus amigos, así como para convencer a Brahmā de la supremacía de la Personalidad de Dios, Él inmediatamente se expandió en forma de los pastorcillos y los terneros. Se dice en los Vedas que la Suprema Personalidad de Dios se expande en muchas entidades vivientes mediante Su energía. Por lo tanto, no fue muy difícil para Él expandirse de nuevo en todos esos niños y terneros. Él se expandió para volverse exactamente igual a los niños, quienes eran todos de distintos aspectos, tanto en la constitución del cuerpo como en la de la cara, y los cuales se diferenciaban en sus atavíos y ornamentos, así como en su comportamiento y actividades personales. En otras palabras, cada quien tiene diferentes gustos. Siendo un alma individual, cada persona tiene actividades y comportamientos diferentes. Aun así, Kṛṣṇa se expandió exactamente en todas las posiciones diferentes de los niños individuales. Él también se transformó en los terneros, los cuales también eran de diferentes tamaños, colores, actividades, etcétera. Esto fue posible porque todo es una expansión de la energía de Kṛṣṇa. En el Viṣṇu Purāṇa se dice: parasya brahmaṇaḥ śaktiḥ. Cualquier cosa que de hecho veamos en la manifestación cósmica —o bien materia, o bien las actividades de las entidades vivientes— es simplemente una expansión de las energías del Señor, así como el calor y la luz son las diferentes expansiones del fuego.
De este modo, expandiéndose en forma de los niños y los terneros en sus capacidades individuales, y rodeado por tales expansiones Suyas, Kṛṣṇa entró en la aldea de Vṛndāvana. Los residentes no tenían conocimiento de lo que había sucedido. Después de entrar en la aldea de Vṛndāvana, todos los terneros se metieron en sus respectivos establos, y los niños también se dirigieron hacia sus madres y hogares respectivos.
Las madres de los niños oyeron la vibración de sus flautas antes de su entrada y, para recibirlos, salieron de sus hogares y los abrazaron. Debido al afecto maternal, la leche fluía de sus pechos, y les permitieron a sus hijos beberla. Sin embargo, su ofrecimiento no fue precisamente a sus hijos, sino a la Suprema Personalidad de Dios que se había expandido en esos niños. Esta era otra oportunidad para las madres de Vṛndāvana de alimentar a la Suprema Personalidad de Dios con su propia leche. Por lo tanto, el Señor Kṛṣṇa no solo le dio a Yaśodā la oportunidad de alimentarlo, sino que esta vez le dio la oportunidad a todas las gopīs de mayor edad.
Todos los niños comenzaron a relacionarse con sus madres como de costumbre, y también las madres, al acercarse la noche, comenzaron a bañar a sus respectivos hijos, a adornarlos con tilaka y ornamentos, y a darles la comida necesaria después de la labor cotidiana. También las vacas que estaban afuera en el pastizal regresaron al anochecer y comenzaron a llamar a sus respectivos terneros. Los terneros inmediatamente fueron hacia sus madres, y estas comenzaron a lamer sus cuerpos. Estas relaciones de las vacas y las gopīs con sus terneros y sus niños permanecieron inalteradas, aunque realmente los terneros y los niños originales no estaban allí. En realidad, el afecto de las vacas por sus terneros y el de las gopīs de mayor edad por los niños aumentó sin causa alguna. Su afecto aumentó de manera natural, aun cuando los terneros y los niños no eran sus respectivos hijos. Aunque las vacas y las gopīs de más edad de Vṛndāvana tenían mucho más afecto por Kṛṣṇa que por sus propias proles, después de este acontecimiento el afecto por sus proles aumentó exactamente como aumentaba por Kṛṣṇa. Durante todo un año, Kṛṣṇa se expandió en la forma de los terneros y los pastorcillos de vacas, y estaba presente en el pastizal.
Tal como se afirma en el Bhagavad-gītā, la expansión de Kṛṣṇa está situada en el corazón de todos como la Superalma. En forma similar, en lugar de expandirse como la Superalma, Él se expandió como una porción de terneros y pastorcillos de vacas durante un año completo.
Un día, cuando Kṛṣṇa mantenía a los terneros en el bosque junto con Balarāma, vieron algunas vacas pastando en la cima de la colina Govardhana. Las vacas pudieron mirar valle abajo, en donde los niños cuidaban a los terneros. De repente, al ver a sus terneros, las vacas comenzaron a correr hacia ellos. Ellas se abalanzaron impetuosamente cerro abajo, con sus patas delanteras y traseras juntas. Las vacas estaban tan derretidas de afecto por sus terneros, que no se cuidaron del accidentado sendero que va desde la cima de la colina Govardhana hasta el pastizal. Ellas comenzaron a acercarse a los terneros con sus ubres llenas de leche, y echaron sus colas hacia arriba. Cuando bajaban la colina, sus ubres vertían leche en el suelo, debido al intenso amor maternal que tenían por los terneros, aunque estos no fueran los suyos propios. Estas vacas tenían sus propios terneros, y los terneros que pastaban en la parte baja de la colina Govardhana eran más grandes; no se esperaba que ellos tomaran leche directamente de la ubre, sino que estuvieran satisfechos con la hierba. Aun así, todas las vacas se acercaron inmediatamente y comenzaron a lamer sus cuerpos, y los terneros a su vez comenzaron a mamar la leche de las ubres. Parecía que había un gran lazo de afecto entre las vacas y los terneros.
Mientras las vacas bajaban corriendo de la cima de la colina Govardhana, los hombres que las cuidaban trataron de detenerlas. A las vacas mayores las cuidan hombres, y a los terneros, los cuidan niños; y en lo posible, los terneros se mantienen separados de las vacas, para que los terneros no se tomen toda la leche disponible. Por eso, los hombres que cuidaban las vacas en la cima de la colina Govardhana trataron de detenerlas, pero fracasaron. Frustrados por su fracaso, se sintieron avergonzados y enojados. Ellos se sentían muy infelices, pero cuando bajaron y vieron a sus niños cuidando a los terneros, todos sintieron de repente mucho afecto hacia los niños. Fue algo muy asombroso. Aunque los hombres bajaron decepcionados, frustrados y enojados, tan pronto como vieron a sus propios hijos, sus corazones se derritieron debido al gran afecto, y, al instante, su ira, su descontento y su infelicidad desaparecieron. Ellos comenzaron a exhibir amor paternal por los niños, y con gran afecto los levantaron en sus brazos y los abrazaron. Además, comenzaron a oler las cabezas de sus hijos y a disfrutar de su compañía con gran felicidad. Después de abrazar a sus hijos los hombres llevaron a las vacas de regreso a la cima de la colina Govardhana. Por el camino, comenzaron a pensar en sus hijos, y lágrimas de afecto brotaron de sus ojos.
Cuando Balarāma vio este intercambio de afecto entre las vacas y sus terneros, así como entre los padres y sus hijos —aunque en verdad ni los terneros ni los niños necesitaban de tantos cuidados— empezó a preguntarse por qué había sucedido algo tan extraordinario. Estaba sorprendido de ver a todos los residentes de Vṛndāvana tan afectuosos con sus propios hijos, tal como lo habían sido con Kṛṣṇa. En forma similar, las vacas habían cobrado afecto, tanto por los terneros, como por Kṛṣṇa. Por lo tanto, Balarāma concluyó que la extraordinaria demostración de afecto era algo místico ejecutado por los semidioses o por algún hombre poderoso. De lo contrario, ¿cómo hubiera podido ocurrir este cambio maravilloso? Él concluyó que este cambio místico lo había causado Kṛṣṇa, a quien Balarāma consideraba la Personalidad de Dios digna de Su adoración. Él pensaba: «Todo lo planeó Kṛṣṇa, y ni siquiera Yo pude detectar este poder místico». De esa manera, Balarāma comprendió que todos esos niños y terneros eran solamente expansiones de Kṛṣṇa.
Balarāma le preguntó a Kṛṣṇa sobre la verdadera situación. Él dijo: «Mi querido Kṛṣṇa, al principio Yo pensé que todas estas vacas, terneros y niños eran o grandes sabios y personas santas, o semidioses; pero ahora parece que en realidad son Tus expansiones. Tú eres todos ellos; Tú mismo estás desempeñando el papel de terneros, vacas y niños. ¿Cuál es el misterio de esta situación? ¿A dónde se fueron esos otros terneros, vacas y niños? ¿Y por qué Te has expandido como las vacas, los terneros y los niños? Por favor, ¿Me podrías decir cuál es la causa?». A pedido de Balarāma, Kṛṣṇa le explicó brevemente toda la situación: cómo los terneros y los niños habían sido robados por Brahmā, y cómo Él estaba ocultando el incidente, expandiéndose para que la gente no supiera que las vacas, los terneros y los niños originales estaban extraviados.
Mientras Kṛṣṇa y Balarāma conversaban, Brahmā regresó después de un momento (de acuerdo con la duración de su vida). En el Bhagavad-gītā se nos da la información acerca de la duración de la vida del Señor Brahmā: mil veces la duración de cuatro eras, o sea, 4.300.000 x 1.000 años, comprenden doce horas de Brahmā. En forma similar, un momento de Brahmā es igual a un año de nuestro cálculo solar. Después de un momento según el cálculo de Brahmā, este regresó para observar la diversión causada por su robo de los niños y de los terneros. Pero también sentía temor de estar jugando con fuego. Kṛṣṇa era su amo, y él le había jugado una broma pesada para divertirse, llevándose a Sus terneros y a los niños. Él estaba muy preocupado, y por ello no permaneció lejos mucho tiempo; él regresó después de un momento (según sus cálculos). Brahmā vio que todos los niños, los terneros y las vacas estaban jugando con Kṛṣṇa de la misma forma en que lo hacían cuando él se encontró con ellos, aunque él estaba seguro de que se los había llevado y los había puesto a dormir bajo el hechizo de su poder místico. Brahmā comenzó a pensar: «Yo me llevé a todos los niños, terneros y vacas, y sé que todavía están durmiendo. ¿Cómo es posible que un grupo similar de vacas, terneros y niños esté jugando con Kṛṣṇa? ¿Acaso no los influye mi poder místico? ¿Han estado jugando continuamente con Kṛṣṇa durante un año?». Brahmā trató de comprender quiénes eran y cómo su poder místico no influía sobre ellos, pero no pudo averiguarlo. En otras palabras, él mismo cayó bajo el hechizo de su propio poder místico. La influencia de su poder místico parecía como la nieve en la oscuridad o como una luciérnaga a la luz del día. Durante la oscuridad de la noche, la luciérnaga puede mostrar cierto poder de brillar, y la nieve amontonada en la cima de una colina o en el suelo puede brillar durante el día. Pero en la noche la nieve no tiene resplandor plateado; ni la luciérnaga tiene poder alguno de iluminación durante el día. En forma análoga, cuando el pequeño poder místico exhibido por Brahmā se halló ante el poder místico de Kṛṣṇa, era tal como la nieve o la luciérnaga. Cuando un hombre de poco poder místico quiere mostrar su potencia en la presencia de un poder místico mayor, disminuye su propia influencia; no la aumenta. Incluso una gran personalidad como Brahmā quedó en ridículo cuando quiso mostrar su poder místico ante Kṛṣṇa. Así pues, Brahmā se confundió respecto a su propio poder místico.
A fin de convencer a Brahmā de que todas esas vacas, terneros y niños no eran los originales, todos los que estaban jugando con Kṛṣṇa se transformaron en formas de Viṣṇu. En verdad, los originales dormían bajo el hechizo del poder místico de Brahmā, pero los que Brahmā veía en ese momento eran todos expansiones inmediatas de Kṛṣṇa, o Viṣṇu. Viṣṇu es la expansión de Kṛṣṇa. De este modo, las formas de Viṣṇu aparecieron ante Brahmā. Todas las formas de Viṣṇu eran de color azulado y vestían atuendos amarillos; todos Ellos tenían cuatro brazos, adornados con la maza, el disco, la flor de loto y la caracola. En Sus cabezas llevaban dorados yelmos enjoyados que brillaban; estaban adornados con perlas y aretes, y lucían guirnaldas de bellas flores. En Sus pechos estaban las marcas de Śrivatsa; Sus brazos estaban adornados con brazaletes y otras joyas, Sus cuellos eran tan tersos como la caracola. Sus piernas estaban decoradas con campanitas, Sus cinturas estaban decoradas con campanas doradas, y Sus dedos estaban decorados con anillos enjoyados. Brahmā también vio que por todo el cuerpo del Señor Viṣṇu estaban esparcidos botones frescos de tulasī comenzando desde Sus pies de loto hasta la parte superior de la cabeza. Otro aspecto significativo de las formas de Viṣṇu era que todas ellas se veían trascendentalmente hermosas. Sus sonrisas semejaban el brillo de la Luna, y Sus miradas parecían la salida del Sol por la mañana. Tan solo por Sus miradas, parecían los creadores y sustentadores de las modalidades de la ignorancia y de la pasión. Viṣṇu representa a la modalidad de la bondad, Brahmā representa a la modalidad de la pasión, y el Señor Śiva representa a la modalidad de la ignorancia. Por lo tanto, como sustentador de todo en la manifestación cósmica, Viṣṇu también es el creador y sustentador de Brahmā y del Señor Śiva.
Después de esta manifestación del Señor Viṣṇu, Brahmā vio que muchos otros Brahmās, Śivas y semidioses, y aun entidades vivientes insignificantes como hormigas y pajas muy pequeñas —entidades vivientes móviles e inmóviles—, bailaban alrededor del Señor Viṣṇu. Su baile lo acompañaban diversos tipos de música, y todos ellos estaban adorando al Señor Viṣṇu. Brahmā se dio cuenta de que todas las formas de Viṣṇu estaban completas, comenzando desde la perfección aṇimā de transformarse en algo tan pequeño como un átomo, hasta llegar a transformarse en algo infinito como la manifestación cósmica. Todos los poderes místicos de Brahmā, Śiva, todos los semidioses y los veinticuatro elementos de la manifestación cósmica, estaban plenamente representados en la persona de Viṣṇu. Por la influencia del Señor Viṣṇu, todos los poderes místicos subordinados estaban ocupados en Su adoración. Lo estaban adorando el tiempo, el espacio, la manifestación cósmica, la reformación, el deseo, la actividad y las tres cualidades de la naturaleza material. Brahmā también comprendió que el Señor Viṣṇu es la fuente de toda verdad, todo conocimiento y toda bienaventuranza. Él es la combinación de tres aspectos trascendentales, a saber, eternidad, conocimiento y bienaventuranza, y Él es el objeto de adoración de los seguidores de los Upaniṣads.
Brahmā comprendió que todas las distintas formas de vacas, niños y terneros transformadas en forma de Viṣṇu, no fueron transformadas por un misticismo del tipo del que un yogī o un semidiós pueden exhibir mediante poderes específicos investidos en él. Las vacas, los terneros y los niños transformados en Viṣṇu-mūrtis o formas de Viṣṇu no eran exhibiciones de Viṣṇu-māyā o energía de Viṣṇu, sino que eran Viṣṇu Mismo. Las respectivas cualidades de Viṣṇu y Viṣṇu-māyā son tal como el fuego y el calor. En el calor está la cualidad del fuego, o sea, el calor; y sin embargo, el calor no es fuego. La manifestación de las formas de Viṣṇu en los niños, las vacas y los terneros no era como el calor, sino más bien como el fuego, pues ellas realmente eran todas Viṣṇu. De hecho, la naturaleza de Viṣṇu es plena verdad, pleno conocimiento y plena bienaventuranza. Puede darse otro ejemplo con objetos materiales, los cuales se reflejan en muchas, muchas formas. Por ejemplo, el Sol se refleja en muchas ollas de agua, pero los reflejos del Sol que se ven en las muchas ollas no son realmente el Sol. En la olla no se encuentran realmente ni el calor ni la luz del Sol, aunque el reflejo se parezca al Sol. Pero las formas que Kṛṣṇa asumió eran todas y cada una de ellas Viṣṇu Mismo. Satyam significa verdad, jñānam, pleno conocimiento, y ānanda, plena bienaventuranza.
Las formas trascendentales que tiene la Suprema Personalidad de Dios en Su persona son tan grandes, que los seguidores impersonales de los Upaniṣads no pueden alcanzar la plataforma de conocimiento para comprenderlas. Particularmente, las formas trascendentales del Señor están más allá del alcance de los impersonalistas, quienes solamente pueden comprender —a través del estudio de los Upaniṣads— que la Verdad Absoluta no es material y que a la Verdad Absoluta no la restringe materialmente una potencia limitada. El Señor Brahmā comprendió a Kṛṣṇa y Su expansión en las formas de Viṣṇu, y pudo comprender que, debido a la expansión de la energía del Supremo Señor, existe todo lo móvil e inmóvil dentro de la manifestación cósmica.
Mientras Brahmā estaba así de desconcertado ante su limitado poder, y estaba consciente de sus limitadas actividades dentro del ámbito de los once sentidos, por lo menos pudo darse cuenta de que él también era una creación de la energía material, tal como un títere. Así como un títere no tiene ningún poder independiente para bailar, sino que baila de acuerdo con la dirección del titiritero, así mismo, los semidioses y entidades vivientes están todos subordinados a la Suprema Personalidad de Dios. Tal como se afirma en el Śrī Caitanya-caritāmṛta, el único amo es Kṛṣṇa, y todos los demás son sirvientes. El mundo entero está bajo las olas del hechizo material, y los seres flotan como pajitas en el agua. Y, de esa manera, su lucha por la existencia continúa. Pero tan pronto como uno se vuelve consciente de que es el sirviente eterno de la Suprema Personalidad de Dios, esta māyā, o lucha ilusoria por la existencia, inmediatamente se detiene.
El Señor Brahmā quien tiene pleno control sobre la diosa de la erudición, y a quien se le considera como la mejor autoridad en el conocimiento védico, estaba así perplejo, siendo incapaz de comprender el extraordinario poder manifestado en la Suprema Personalidad de Dios. En el mundo terrenal, aun una personalidad como Brahmā es incapaz de comprender el poder místico potencial del Señor Supremo. Brahmā no solo fue incapaz de comprender, sino que incluso lo desconcertó el hecho de ver la exhibición que Kṛṣṇa estaba manifestando ante él.
Kṛṣṇa se compadeció de la incapacidad de Brahmā para ver tan siquiera cómo Él estaba exhibiendo la fuerza de Viṣṇu, transformándose en vacas y en pastorcillos de vacas, y, así pues, mientras manifestaba plenamente la expansión de Viṣṇu, extendió repentinamente Su cortina de yogamāyā sobre la escena. En el Bhagavad-gītā se dice que la Suprema Personalidad de Dios no es visible, debido a la cortina que yogamāyā extiende. Aquello que cubre la realidad es mahamāyā, o sea, la energía externa, la cual no le permite al alma condicionada comprender a la Suprema Personalidad de Dios que está más allá de la manifestación cósmica. Pero la energía que manifiesta parcialmente a la Suprema Personalidad de Dios, y que parcialmente no le permite a uno ver, se llama yogamāyā. Brahmā no es un alma condicionada ordinaria. Él es muy, muy superior a todos los semidioses, y aun así él no pudo comprender la exhibición de la Suprema Personalidad de Dios; por lo tanto, Kṛṣṇa voluntariamente dejó de manifestar toda otra potencia adicional. El alma condicionada no solamente se confunde, sino que es completamente incapaz de comprender. La cortina de yogamāyā se corrió, de manera que Brahmā no se fuera poniendo más y más perplejo.
Cuando Brahmā se alivió de su perplejidad, parecía como si hubiera despertado de un estado casi inerte, y comenzó a abrir sus ojos con gran dificultad. De esa manera, pudo ver la manifestación cósmica eterna con sus ojos comunes. Él vio a todo su alrededor el muy excelente panorama de Vṛndāvana —lleno de árboles—, el cual es la fuente de vida para todas las entidades vivientes. Él pudo apreciar la tierra trascendental de Vṛndāvana, donde todas las entidades vivientes son trascendentales a la naturaleza ordinaria. En el bosque de Vṛndāvana, aun los animales feroces, como los tigres y otros, conviven pacíficamente con los venados y los seres humanos. Él pudo comprender que, debido a la presencia de la Suprema Personalidad de Dios en Vṛndāvana, ese lugar es trascendental a todos los demás lugares, y que allí no hay lujuria ni codicia.
De esa manera, Brahmā encontró a Śrī Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, representando el papel de un pequeño pastorcillo de vacas. Brahmā vio a ese pequeño niño con un puñado de comida en su mano izquierda, buscando a Sus amigos, vacas y terneros, tal como realmente lo estaba haciendo un año atrás, después de la separación de ellos.
Brahmā descendió de su gran cisne transportador, y se postró ante el Señor tal como una vara dorada. La palabra que se usa entre los vaiṣṇavas para ofrecer respetos es daṇḍavat. Esta palabra significa postrarse como una vara, uno debe ofrecer respetos al vaiṣṇava superior postrándose en forma recta, con su cuerpo tal como una vara. Así, Brahmā se postró como una vara ante el Señor para ofrecerle sus respetos; y puesto que la tez de Brahmā era dorada, parecía una vara dorada, tendida ante el Señor Kṛṣṇa. Todos los cuatro yelmos de las cabezas de Brahmā tocaron los pies de loto de Kṛṣṇa. Brahmā, estando muy regocijado, comenzó a derramar lágrimas, y lavó con ellas los pies de loto de Kṛṣṇa. Repetidamente, él se postró y se levantó a medida que recordaba las actividades maravillosas del Señor. Después de repetir las reverencias durante mucho tiempo, Brahmā se puso de pie y se frotó los ojos con sus manos. Al ver al Señor ante él, y temblando, comenzó a ofrecer oraciones con gran respeto, humildad y atención.
Así termina el significado de Bhaktivedanta, del capítulo décimo tercero del libro Kṛṣṇa, titulado: «Brahmā roba los niños y los terneros».